Las Inquietudes y las Guías

        Las inquietudes y las guías brotan de la experiencia espiritual y de la práctica contemplativa de la Junta. Estos elementos son el fruto viviente de la fe de los Amigos, así, el Espíritu nos conducirá hacia adelante a la acción correcta en el mundo.
         El ímpetu por la acción, es a menudo una inquietud: un impulso hacia un asunto específico, una experiencia del movimiento del Espíritu sobre un tema en particular, sobre un individuo o sobre un grupo. Una inquietud puede de pronto forzarse a sí misma dentro de la vida de un Amigo, o puede surgir de un interés que ha existido durante largo tiempo. Una inquietud puede durar poco, o bien puede informar y dirigir a los Amigos durante todas sus vidas. Para algunos, este llamado es experimentado en términos del hecho de ser un discípulo cristiano: «Vende todo lo que tengas y distribúyelo a los pobres … y ven, sígueme» (Lucas 18:22). En las escrituras Hebreas, un llamado puede ser visto en los profetas, tal como Isaías 6:18: «Aquí estoy, envíame».
         Cuando surge inicialmente una inquietud posiblemente aun no esté relacionada a un curso de acción propuesto, sino que simplemente se puede tratar de un sentido de preocupación de que se necesita algo o de que alguna cosa anda mal. La acción, cuando ésta procede, es a menudo el resultado de un sentido de haber sido uno atraído o llamado por Dios en una dirección particular o hacia un curso particular de acción. Los Amigos hablan de «sentirse guiados» o «ser llamados». La respuesta puede ser a corto plazo y específica o puede involucrar transformación de la vida de uno y de la vida de la Junta.
         Una guía, o sea, la experiencia de sentirse llamados por Dios a actuar, toma muchas formas diferentes y siempre requiere de un discernimiento cuidadoso. En la Reunión para Adoración, cuando uno considera si un mensaje es intencionado a ser un ministerio vocal, la tarea central es discernir si uno es llamado por Dios para dar el mensaje. Alguien quien sea llamado a servir en un comité en el cual no tiene muchos deseos de participar, puede necesitar la ayuda del Comité de Nominaciones para interpretar lo apropiado de la selección. Otro puede ser llamado a decir la verdad a alguien quien no desee oír lo que tenemos que decir. En cada caso, los Amigos quieren todo claro antes de actuar.
         A veces un llamado nos conmueve de una manera más profunda, haciendo que nosotros hagamos cambios significativos en nuestras vidas, que tomemos riesgos o que nos empeñemos en acciones políticas o sociales específicas. Los Amigos bajo el peso de tal inquietud, deben apoyarse en la Junta para que ésta les ayude a discernir el curso correcto de acción. La práctica de los Amigos, sostenida por mucho tiempo, confirma lo correcto que resulta poner a prueba un llamado con la Junta Mensual, la cual tiene la costumbre de designar un Comité de Clarificación el cual se reúne con el individuo. Juntos, buscan unir lo místico con lo práctico y poner a prueba la validez de la inquietud. (Ver Claridad y Comités de Clarificación).

Lograr claridad acerca de una inquietud, es un ejercicio particular de discernimiento. Éste es un proceso que comienza con una reflexión privada considerable y con el hecho de enfrentar algunas preguntas difíciles: ¿Es esto un deseo de que alguien más haga algo o es realmente un llamado para que actúe uno mismo? ¿Esto viene genuinamente de Dios?

JUNTA ANUAL BRITÁNICA
QUAKER FAITH & PRACTICE, 1995 S 13.05

         Durante el proceso de clarificación, la Junta tiene la obligación de considerar el asunto con cuidado y con simpatía. El Amigo interesado tiene la obligación de participar en el discernimiento. ¿La inquietud brota del movimiento del Espíritu en la vida del Amigo en cuestión? ¿Es consistente con los testimonios de los Amigos? Si no, ¿puede el comité confirmar que aún así fluye de la misma Luz que constantemente ha inspirado a los Amigos?
         Si el comité afirma la guía espiritual del Amigo con la inquietud, entonces el comité espera una guía nueva para acción adicional. Si la inquietud está limitada al individuo y no involucra directamente a la Junta, entonces la claridad puede ser el primer don de la Junta. Sin embargo, una necesidad individual por un discernimiento cuidadoso a menudo se presenta durante un período de cambio, y es siempre apropiado ofrecer un apoyo espiritual que ayude al individuo a seguir hacia delante. El Comité de Clarificación existente con frecuencia lleva la responsabilidad por este apoyo.
         La Junta debe determinar que formas adicionales de apoyo desea ofrecer, cubriendo desde cuidado con los niños y asistencia financiera hasta la liberación del Amigo de otras responsabilidades. La Junta puede dar apoyo a la guía del Amigo involucrado; también puede desear tomar la guía como propia. Esto puede aliviar al individuo de la carga del liderazgo; más a menudo esto afirma y valida la importancia de la inquietud inicial.
         El Comité de Clarificación, después de escuchar cuidadosamente y laborando fielmente con el Amigo que tiene la inquietud, puede llegar a la conclusión de que el llamado no es de inspiración divina. Esto puede llevar al Amigo a sentirse aliviado de la inquietud y dejarla de lado. Algunos Amigos pueden optar por continuar sin el apoyo de la Junta, cuidándose de representar la inquietud como personal. Cualquier Amigo puede optar por laborar aún más con la Junta y con el Comité de Clarificación, en busca de la unidad. El proceso de clarificación debe ayudar sustancialmente al Amigo interesado; puede inspirar a la Junta. Idealmente hará ambas cosas.
         Dependiendo de la naturaleza y del alcance de la inquietud, la Junta Mensual podría desear presentarla en forma de una minuta a la Junta Trimestral, de manera similar, la Junta Trimestral podría buscar la participación de un círculo más amplio de Amigos presentando esta inquietud ante la Junta Anual.