La Reunión para Adoración

Y debe observarse especialmente que en todo el Nuevo Testamento no hay orden ni mandato dado en esta cosa, sólo seguir la revelación del Espíritu, salvo solamente aquélla en general de reunirse juntos, algo amorosamente poseído y diligentemente practicado por nosotros…

ROBERT BARCLAY
APOLOGY, 1676, 11:10

         La Adoración es la respuesta del espíritu humano al llamado del Divino. Los Amigos buscan la comunión con aquello de Dios interior, al cual algunos Amigos llaman el Cristo Viviente, el Maestro con quien cada uno tiene una relación. La adoración corporativa profundiza nuestro sentido de la Presencia y nuestra conexión con ella. En la adoración, en su punto máximo, nosotros trascendemos a nosotros mismos: «Cada individuo, hombre y mujer» es traído «al Espíritu de Dios … y a la Verdad en sus propios corazones, amarse unos a los otros y amar a los enemigos» (George Fox, The Power of the Lord is Over All, 1668, p. 235).
         La Reunión para Adoración está en el corazón de la práctica cuáquera. Ahí los Amigos se reúnen en comunión en silencio expectante, esperando a Dios. Típicamente, la reunión de Adoración, empieza cuando los primeros Amigos se acogen al silencio a la hora y en el lugar designado. Termina cuando el (la) Secretario(a) (Clerk) u otro individuo designado, estrecha la mano de otra persona sentada cerca de él (ella). A esta señal, los Amigos generalmente se dan la mano y se saludan uno al otro.
         La Reunión de Adoración es diferente de la oración solitaria. La fuerza y el enfoque de la comunidad atraen a uno quien esté distraído de regreso hacia el Centro. En el abrazo de la Reunión, un individuo puede estar más dispuesto a ser buscado por la Luz que expone debilidades y defectos y que desafía al adorador a la transformación. Juntos, nosotros podemos ver más claramente la Verdad; nosotros podemos recibir y entender mejor la revelación continua. La pregunta de William Penn captura este espíritu en el lenguaje de su tiempo:

Cuando ustedes llegan a sus Reuniones, ¿se sientan en verdadero silencio, descansando de sus propios albedríos y de sus propios quehaceres y esperando al Señor, con sus mentes fijas en esa Luz con la cuál Cristo os ha iluminado, hasta que el Señor inspire el don de la vida en vosotros, os refresque y os prepare y a vuestros espíritus y a vuestras almas, para haceros aptos para su servicio, para que vosotros podáis ofrecerle un sacrificio puro y espiritual?

WILLIAM PENN
A TENDER VISITATION, WORKS, 1771, p. 441

         Así, al conducir la adoración bajo la Voluntad Divina, los Amigos se reúnen en el silencio sin un programa previamente preparado. Cada uno trata de acallar el clamor interno de las ansiedades y ambiciones personales, escuchando la voz de la Guía Interior esforzándose para ser fiel a su instrucción. Tal fidelidad puede requerir un silencio exterior. Puede requerir que alguien se ponga de pie y exprese palabras que no vienen fácilmente, que posiblemente no sean completamente comprendidas o que puedan ser incómodas. Esto puede requerir acción o restricción de acción, por parte de algún individuo o por toda la junta una vez fuera de la Reunión para Adoración.
         Durante la adoración, todos comparten la responsabilidad por el ministerio vocal. Dios puede llamar a cualquiera, sin importar la experiencia o la educación, edad o género, para ser un mensajero. Nadie está excluido de la posibilidad de tal servicio y ninguno está previamente designado para predicar o para orar en una Reunión para Adoración en particular. Cuando alguien ofrece ministerio vocal, los Amigos tratan de estar abiertos a pesar de cualquier vacilación o imperfección en las palabras del que habla. Un mensaje inesperado puede tocar a los corazones, revelar la sabiduría de la Fuente y alentar el crecimiento de la semilla dentro de nosotros.
         Durante la Reunión para Adoración, los Amigos buscan comunicarse unos con los otros y con Dios quien vive entre ellos. En algunas reuniones, el ministerio vocal tendrá un tema común, cada mensaje profundizando y enriqueciendo al otro y conectándose a los pensamientos propios de uno. Algunas Reuniones son completamente silenciosas. En una Reunión de profunda comunicación con Dios, «el sentido de que una nueva Vida y Poder ha entrado a nuestro entorno, está presente» (Thomas Kelly, The Gathered Meeting). No todas las reuniones son reuniones de comunicación profunda con Dios y no todos tienen la misma percepción de una reunión particular.

La reunión llega a ser verdaderamente de profunda comunicación con Dios cuando la mayoría, si no todos los presentes han sido, ellos mismos atraídos hacia sus propias profundidades, de tal manera de que aun sus propios pensamientos han sido acallados y sus mentes, al mismo tiempo que de ninguna manera están vacías, están en un reposo casi perfecto.

GEORGE GORMAN
THE AMAZING FACT OF QUAKER WORSHIP, 1986, p.4

         Al nutrir su adoración, una reunión que está experimentando un período extenso de árido silencio, podría tratar de animar a aquéllos que están renuentes a hablar y a ser fieles al llamado cuando éste llegue. Otra reunión, donde muchos mensajes vocales han venido con discernimiento cuestionable, podría buscar animar hacia una profundidad espiritual mayor tanto en el silencio como en las palabras. Buscando a lo que George Fox se refirió como «la adoración universal, verdadera y perfecta», los Amigos regresan en su fe a Dios para ser guiados.

Todos nosotros, con nuestros rostros descubiertos como espejos reflejando la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la imagen que nosotros reflejamos en gloria más y más luminosa; éste es el trabajo del Señor quien es el Espíritu.

2 CORINTIOS 3:18
LA NUEVA BIBLIA DE JERUSALÉN