La Oración y otras Prácticas Reflexivas

        La oración fuera de la Reunión para Adoración se presenta de muchas formas. Para algunos, la constante conciencia de la Presencia es el fondo de todo lo demás que sucede. Para otros, la oración es un cambio del enfoque usual de uno para comunicarse con el Divino en un momento en particular.
         La oración puede ser del tipo tradicional, tal como de intercesión o de alabanza en la forma de palabras bienamadas escritas por otro. Una oración puede ser vocalizada, a solas o en grupo. Puede ser silenciosa; formada por palabras internas, o profunda y sin palabras. La oración puede incluir una disciplina incorporada como cantos o meditación en movimiento.
         La oración diaria es una disciplina que sustenta al espíritu y lo prepara para la próxima Reunión para Adoración. La comunidad de la Junta es grandemente fortificada cuando sus miembros regularmente oran por ella y oran el uno por el otro.

De nada sirve tratar de ocultar lo difícil que es encontrar tiempo para la oración privada en los horarios congestionados con los cuales la mayor parte de la gente vive. Pero en el fondo no es una cuestión de hallar el tiempo [sino] de la profundidad del sentido de necesidad y de deseo. Los amantes aun cuando estén muy ocupados encuentran tiempo para escribirse uno al otro, a menudo … largas cartas; aunque lo que realmente importa no es el tamaño de las cartas como tampoco lo es lo largo de las oraciones. En esta vida nosotros encontramos tiempo para lo que creemos que es importante.

DOUGLAS STEERE, 1938
JUNTA ANUAL BRITÁNICA,
QUAKER FAITH & PRACTICE, 1995, 2.32

         El estudio de las escrituras Judeo-Cristianas, de los materiales cuáqueros, de literatura devocional y de otras actividades de inspiración pueden profundizar la comprensión y avivar la imaginación espiritual. La reflexión individual, las conversaciones con un amigo espiritual, las discusiones de grupo, las pequeñas reuniones para adoración durante la semana, los retiros y la búsqueda de oportunidades de educación religiosa refuerzan el desarrollo espiritual y la disposición para ser fieles instrumentos de la voluntad de Dios.