El Ministerio Vocal y la Escucha Fiel

        De la misma forma en que la preparación cuidadosa mejora la calidad de la adoración, también la atención a la Luz en esos momentos es esencial. Los Amigos llegan a la adoración a recibir y a dar, a hablar cuando a eso son conducidos. A estar en silencio cuando eso es lo que la obediencia requiere. El ministerio vocal es una parte vital en la Reunión para Adoración. Es una forma de servicio durante la cual una persona se pone de pie para compartir un mensaje de Dios enviado a través de un individuo. Los Amigos tienen la esperanza de que todos los mensajes hablados durante la adoración sean en realidad, ministerio vocal. La responsabilidad de estar listo y deseoso para ofrecer tal ministerio descansa en cada miembro del grupo cuando reciba el llamado.
         Al estar uno sentado en silencio, un mensaje puede surgir desde la profundidad del alma, este mensaje parece estar destinado no sólo para el individuo, sino para la reunión en su totalidad. Algunos Amigos se sienten agobiados con un sentido de omisión si un mensaje no es expresado, pero una vez que éste es revelado fielmente, un sentido de paz interior puede manifestarse. La experiencia en las reuniones ayuda a diferenciar las palabras privadas de aquéllas que surgen como verdaderos llamados del Espíritu que no deberían ser silenciados. Una inclinación a compartir un mensaje puede surgir antes de la Reunión, pero la decisión de hablar debe esperar una Guía clara en ese momento. Con el tiempo, una persona puede aprender a discernir un llamado claramente, aunque muchos son verdaderamente incapaces de describir su calidad.
         Algunos individuos llamados a hablar sienten un estremecimiento interno o externo, una emoción profunda, lágrimas, se incrementa el ritmo del corazón y puede haber otras agitaciones. Algunos se han sentido firmemente asidos por la mano de Dios hasta después de entregar el mensaje. Una persona siente una profunda tranquilidad acompañada por una voz clara que no es la suya. Otra puede encontrarse a sí misma de pronto de pie y luego esperando, orando silenciosamente en busca de una Guía, antes de empezar a hablar. Aún, uno más puede poner a prueba un mensaje empujándolo «fuera de su mente» sólo para descubrir que éste regresa una y otra vez.
         Cuando uno está considerando si hablar o no, ciertas preguntas pueden ser útiles: ¿Es este mensaje guiado por el Espíritu o es sólo un efecto de la emoción? ¿Es este mensaje dirigido a todo el grupo o es sólo para mí? ¿Será mejor que lo guarde para otro tiempo o lugar? Cuando el llamado a hablar es claro, el individuo deberá ponerse de pie si es posible. Él o ella deberán hablar con sencillez, brevemente, audible y de su propia experiencia espiritual personal. Ocasionalmente, el ministerio puede tomar la forma de cantar o de ponerse de pie silenciosamente. Nunca el debate ni la discusión con los que han dado mensajes anteriormente, son apropiados y hablar dos veces durante una sola Reunión para Adoración, es pocas veces apropiado.
         Aquéllos quienes son conducidos a hablar, tienen antecedentes, habilidades verbales y poder interpretativo diferentes. Los Amigos tratan de escuchar más de lo que hablan, de mantener un corazón abierto, de buscar el Espíritu atrás de las palabras y de contemplar al hablante con amor. Los que escuchan pueden encontrar de ayuda orar para que el mensajero sea fiel al llamado y que la palabra de Dios se manifieste a través del habla humana. Un mensaje que no habla de las necesidades de una persona, puede ser de ayuda para otra. Después de que un mensaje ha sido dado, es importante dejar tiempo para considerar su significado, permitiendo al Espíritu moverse entre la Asamblea de Amigos antes de que se dé otro ministerio.