Los Asistentes No-Miembros

        La Sociedad Religiosa de los Amigos aprecia la asistencia y la participación de personas quienes se han sentido atraídos a los Amigos sean o no miembros de la Sociedad. Al mismo tiempo, la Sociedad alienta a las personas interesadas a considerar la membresía como una forma de aumentar sus oportunidades para desarrollar sus vidas religiosas.
         En general, los no-miembros no fungen como funcionarios, como miembros de los Comités de Adoración y Ministerio, Consejos o Nominaciones, tampoco como Secretarios en la mayoría de los Comités. Ocasionalmente a las Juntas les parece atinado hacer una excepción. Los Consejeros deberán estar atentos al aumento en el interés y a la participación de un asistente y discutir con él o con ella el asunto de la membresía. Los asistentes no-miembros pueden optar por ser incluidos como tales en la lista de nombres y direcciones de la Junta.
         Los miembros han aceptado la obligación de asistir y tomar parte en la Reunión para Acuerdos y los asistentes son bienvenidos también a participar. Sus contribuciones son valoradas y respetadas; sin embargo, la responsabilidad por las decisiones sigue siendo de los miembros de la Junta. La habilidad y el entusiasmo por tomar una parte apropiada de la responsabilidad en asuntos en discusión y por la vida de la Junta como un todo, da importancia a la participación de uno en la reunión para Acuerdos.

El Cuaquerismo en el Mundo

        El movimiento se extendió rápidamente en América, Juntas Anuales (ver Glosario) fueron fundadas: Nueva Inglaterra (1661), Baltimore (1672 a la mitad de la visita de Fox de dos años a América), Filadelfia (1681) Carolina del Norte (1689) y Nueva York (1695). Los Cuáqueros organizaron colonias en Pennsylvania y Nueva Jersey y asentamientos en Nueva York, Maryland, Virginia, las Carolinas y Barbados. Así, hubo un breve período cuando los Amigos pensaron que el Cuaquerismo se convertiría en el movimiento religioso más influyente en las colonias americanas.
        Aunque el número de Cuáqueros nunca llegó a ser tan grande como se pensó, la influencia de las ideas de los Amigos y de sus valores, ha sido extendida por toda la Sociedad Americana. Históricamente los Amigos han construido sus Casas de Reunión con terreno adyacente para un cementerio y para una escuela. Hoy, las escuelas de los Amigos son respetadas como instituciones líderes en la educación a base de principios. Los Amigos fundaron excelentes instituciones de educación superior y universidades. Haverford, Swarthmore, Earlham, Guilford y Whittier son sólo unas pocas de las que florecen todavía. Algunas han dejado de estar directamente bajo la supervisión de las Juntas, pero la mayoría se rigen por las ideas filosóficas de los fundamentos cuáqueros.
        Los Amigos también han tenido una influencia notable sobre reformas penales y sobre las condiciones en hospitales para enfermos mentales, tanto en los Estados Unidos de Norteamérica como en la Gran Bretaña. Muchos Amigos hoy están activos en trabajos hacia la abolición de la pena capital.
        El sentido de cohesión del movimiento surgió en gran parte debido a que muchos Amigos fueron llamados a viajar en el ministerio, realizando largos viajes por tierras inhóspitas para atestiguar los trabajos del espíritu. A algunos se les escuchó y fueron bienvenidos, otros fueron azotados y encarcelados por las autoridades locales, otros más fueron expulsados del pueblo y unos más murieron por exposición a la intemperie y por enfermedades. Los Amigos, sin embargo, continuaron escuchando y obedeciendo sus llamados.
        George Fox llegó en barco a América, tocando tierra en Barbados en 1671. Él viajó a través de las colonias a caballo, por barco y a pie. Tanto hombres como mujeres recibieron la inspiración de dejar a sus familias al cuidado amoroso de sus Juntas mientras que ellos cruzaban el océano y se enfrentaban con valentía al nuevo y salvaje territorio para compartir su mensaje lleno de júbilo. Stephen Grellet, un miembro de la nobleza francesa, escribió con sencillez de su lealtad a los llamados a predicar, algunas veces sin saber si alguien escuchaba. Mary Dyer, Catherine Peyton y Mary Fisher, cada una viajando usualmente con una acompañante, vinieron a hacer sus ministerios con los Americanos. Mientras sus mensajes eran Escuchados por algunos colonizadores. Mary Dyer estuvo entre cuatro Cuáqueros que fueron colgados debido a sus enseñanzas. El diario de Catherine Peyton (luego Phillips) habla con gran realismo de los rigores de los viajes, de las enfermedades que tuvo que sufrir y de su firmeza en continuar con el llamado de Dios. Estos ministros viajantes y sus visitas, jugaron un importante papel para mantener vivo un sentido de comunidad entre los Amigos apartados unos de los otros.
        Mary Fisher, después de regresar brevemente a Inglaterra, viajó a través del Mediterráneo para llevar el mensaje al Sultán de Turquía quien regresaba para establecerse en las colonias. Cuando Mary Fisher estaba hablando con el Sultán de Turquía, él le preguntó qué pensaba ella de Mahoma. De acuerdo a Brinton, su respuesta fue «…que ella no lo conocía, pero que Cristo iluminaba a cada hombre que venía al mundo. Y a Él, ella lo conocía … y con relación a Mahoma, ellos podrían juzgarlo falso o verdadero de acuerdo a las profecías que él hablara». (Howard Brinton, Friends for 300 years, Pendle Hill, 1965, p. 159).
        Durante los 1700, la esclavitud se convirtió en una preocupación mayor entre los Amigos, tanto en Bretaña como en América. Algunos Cuáqueros habían importado, retenido y vendido esclavos, pero al escuchar las gentiles pero persistentes predicaciones de John Woolman, los Amigos quienes habían previamente aceptado la «necesidad económica» empezaron a sentirse incómodos. En culto corporativo, ellos comenzaron a discernir una guía para cambiar sus formas, primero, ellos acordaron que importar seres humanos era malo. Luego, paso a paso, las Juntas individuales declararon su oposición al comercio y a la propiedad de esclavos. A finales del siglo, debido a la predicación pública, a la conciencia individual y al desconocimiento de miembros que no cumplían, la Sociedad Religiosa de los Amigos ya no tenía dueños de esclavos. Muchos Cuáqueros proveyeron liderazgo en el movimiento por la emancipación.
        Los primeros Cuáqueros estaban preocupados por un «orden correcto en la vida de uno». Ellos trataron de vivir de acuerdo a la voluntad de Dios y sentían un imperativo evangélico para propagar su descubrimiento de buenas nuevas por todo el mundo. Un período de «quietismo» se desarrolló entre los Cuáqueros de finales de los 1700 y de principios de los 1800, durante los cuales ellos se retiraron de la actividad política y de otros asuntos vistos como mundanos. El espíritu evangélico temporalmente enmudeció. Una vida interna más pasiva ganó ascendencia al tiempo que los Amigos se enfocaban en la pureza espiritual y en la subordinación de la voluntad propia. El sentimiento personal era considerado una guía más segura hacia la Verdad que la razón. Esta tendencia a retirarse del mundo coincidió con una reducción en el número de Amigos. La Sociedad Religiosa de los Amigos se convirtió en una sociedad cerrada más pequeña de «gente peculiar» apartada del mundo. La misión profética fue, en su mayor parte, dejada de lado y el encuentro místico, el cual había estado siempre en el corazón de la experiencia cuáquera, se volvió más prominente.

(Nota: «Peculiar» en el siglo 17 significaba «escogidos» Tito 2:14 Versión del Rey James.)

Apéndice 3A

Consejos y Preguntas para Consejeros

Consejos
         Como Junta, nosotros aceptamos un grado de responsabilidad y de preocupación uno por el otro. No nos gustaría alejarnos de aquéllos de los nuestros que nos necesiten.
         Como Consejeros deseamos asegurarnos que cada miembro de nuestra comunidad pueda conseguir el cuidado y el interés de la Junta. Las formas útiles para dar ayuda variarán necesariamente de una situación a otra. Cuando ofrecemos ayuda, nos esforzamos para ser sensibles a la condición espiritual, emocional y material de cada uno de nosotros, a la necesidad individual de mantener nuestra dignidad personal, así como a la protección de nuestra privacidad.
         Los Consejeros no deberán actuar, más allá de su competencia o más allá de los límites de su propia responsabilidad. Un discernimiento claro de la propia responsabilidad viene cuando el impulso de cuidar surge del corazón de la compasión y cuando la gente es encomendada firmemente a la Luz.
         Nuestros sentimientos y nuestras motivaciones necesariamente influyen en nuestras decisiones y discusiones acerca de individuos. Necesitamos estar especialmente alertas de nuestros sentimientos acerca de una persona y de que estos puedan superar nuestra habilidad de discernir la voluntad de Dios. Debemos orar para mantenernos alerta y, tal y como es necesario en nuestras Juntas, permanecer en silencio.

Preguntas
         ¿Haremos un esfuerzo para asegurarnos que se mantenga el contacto con toda la comunidad de la Junta? ¿Dejamos ver claramente que estamos disponibles para ofrecer apoyo – espiritual, emocional, y material? ¿Se alienta a todos a buscar y a aceptar el apoyo de la Junta?
         ¿Nos preocupamos para que cada miembro de nuestra comunidad se mantenga en un estado de alerta sensible, con respecto a la dignidad personal y a la privacidad? ¿Somos mutuamente cuidadosos con los sentimientos de todos? ¿Mantenemos la confidencialidad, evitamos murmuraciones y nos abstenemos de intercambiar información innecesaria e inapropiada?
         ¿Al ofrecer cuidado pastoral, nos mantenemos cada uno atentos a nuestras propias necesidades y motivaciones y al efecto que éstas puedan tener sobre nuestra forma de proporcionar cuidados? ¿Somos cuidadosos al distinguir los sentimientos personales acerca de los individuos – positivos o negativos – de nuestra responsabilidad de tenerlos bajo nuestro cuidado? ¿Al esforzarnos para ayudar a otros, buscamos al Espíritu a través de la oración y el silencio?
         ¿Somos sensibles en cuanto a los límites de nuestras capacidades?
         ¿Al dar nuestros cuidados, encomendamos firmemente a aquéllos a quienes damos ministerio, a Dios? ¿Como Consejeros, nos hacemos mutuamente responsables con respecto al espíritu de estos cuestionamientos?

[Adaptado de un material desarrollado por la Junta de Strawberry Creek].

La Reunión para Acuerdos

(Nota: Esta sección contempla las raíces místicas del proceso de acuerdos cuáquero. Un tratamiento detallado del procedimiento se encuentra en la Parte V, Proceso de los Amigos para tomar decisiones.)

El ser ordenados viene de estar juntos … proceder en la sabiduría de Dios, no en las formas del mundo … no decidir los asuntos por el voto mayor … [sino mediante] convenir juntos como un hombre en el espíritu de la verdad e igualdad y por la autoridad que de ahí emana.

EDWARD BURROUGH, 1662
JUNTA ANUAL BRITÁNICA,
QUAKER FAITH & PRACTICE, 1995, 2.87

        Hay poca información sobre como la práctica única de los Amigos para conducir Reuniones para Acuerdos ha evolucionado, pero no puede haber duda de que ésta deriva directamente de la fe de los Amigos. La práctica es guiada por tres creencias centrales: que hay aquello de Dios en cada persona, que cada uno puede experimentar aquello del Dios interior y que la guía divina conducirá a la concepción de una verdad única y compartida.
         A partir de estas creencias, fácilmente concluimos que una Reunión de Acuerdos de los Amigos, es una Reunión para Adoración en la cual los asuntos se conducen mediante la búsqueda de la voluntad de Dios en las decisiones que habrán de tomarse. La adoración silente con la cual la Reunión para Acuerdos abre y cierra, une a los individuos con el Espíritu. Esto los mueve a ser sensibles y a afianzarse en el Amor que une a la Reunión.
         Cualquiera puede pedir silencio durante el curso de una reunión: cuando la solución a un asunto presenta dificultades, cuando hay necesidad de reflexionar sobre lo que ha sido dicho, o regresar la Reunión a un espíritu de reverencia silenciosa. Una llamada al silencio es siempre una llamada para adoración, para enfocarnos en la guía del Espíritu, para escuchar con un corazón amante y abierto. Como en otras Reuniones para Adoración, los Amigos pueden sentirse llevados a hablar a partir del silencio sobre el asunto que estén tratando.
         Los Amigos se esfuerzan en la observancia de una disciplina respecto a hablar en forma sencilla, de expresarse ellos mismos en forma llana y directa. Esta disciplina se extiende a no interrumpir ni a interponer comentarios. El comentario ocasional «Este Amigo habla a mi condición» muestra apoyo para un punto de vista. Los Amigos mantienen orden y aseguran una participación total esperando a ser reconocidos por el Secretario (Clerk) y usualmente poniéndose de pie para hablar, dirigiendo todos los comentarios al Secretario y a ningún otro.
         A pesar de que los Amigos estudian y discuten los asuntos previamente, ellos no deben llegar a la Reunión para Acuerdos con las decisiones ya tomadas. Buscando ser reverentes con aquello de Dios en ellos mismos y en otros, los Amigos deberán ofrecer sus perspectivas personales y evitar tomar posiciones fijas y opuestas.
         Los Amigos ponen una atención cuidadosa a todas las expresiones que buscan la Verdad detrás de las palabras, a sabiendas que ésta puede llegar de lugares inesperados. Sin embargo, la voz de un Amigo con experiencia es a menudo especialmente valiosa proporcionando sabiduría a las necesidades de la reunión.
         La escucha es el centro mismo de la fe y práctica de los Amigos. Al escuchar lo Divino en nosotros mismos y en cada uno de los demás, los Amigos están mejor preparados para encontrar la voluntad de Dios. Los Amigos no deben escuchar el argumento más convincente, sino que deben buscar una mayor comprensión a lo cual cada uno contribuye y a lo cual cada uno debe convenir. Un sentido de la Reunión evoluciona a partir de la interacción de todas las contribuciones y de la guía experta del Secretario (Clerk). Cuando la unidad es lograda, el resultado es profundamente satisfactorio. Este produce un sentido de rectitud en la decisión y un enlace de amor entre los miembros.
         Los Amigos no votan ni actúan de acuerdo al deseo de la mayoría. En la experiencia cuáquera, es posible que todos queden unidos en una decisión, aun cuando algunos guarden alguna reserva. Una Reunión unida no es necesariamente de una sola opinión, pero es toda de un solo corazón.
         La Unidad requiere participación activa cuando hay división sobre un asunto, es especialmente importante que todos sean escuchados. Cuando los Amigos retienen expresiones de desavenencia con la voluntad de evitar la controversia, la unidad que resulta es falsa. La sabiduría colectiva de la Reunión puede ser lograda solamente cuando todos participan en su búsqueda.
         Cuando los Amigos abordan un asunto con puntos de vista conflictivos, ellos se encuentran con el desafío de reunir el conocimiento y la experiencia de todos y de experimentar el gozo de descubrir un nuevo entendimiento que abarque todos estos elementos en una forma mucho mejor de lo que nadie pudo imaginar previamente. Este proceso requiere amor, valor, confianza, y una habilidad para realmente escuchar y cambiar.
         Para llegar a la unidad, los Amigos extraen de sí mismos sentimientos y una comprensión interna contemplativa, no sólo el pensamiento racional. Las emociones honestas son esenciales para el discernimiento pero no debería abusarse de ellas para influenciar la decisión de la Reunión. El tiempo es también esencial para «dar madurez» a decisiones importantes. Algunas veces las decisiones deben ser pospuestas para reflexionar y para permitir que la incomodidad residual salga a la superficie.
         Las decisiones logradas en unidad no son victorias ni derrotas cuando los Amigos permanecen fieles, conservando la unidad en el amor y en el propósito superior de la Junta. Los asuntos conducidos como un esfuerzo corporativo en una Reunión para Acuerdos permiten a los Amigos avanzar con confianza y regocijo. (Ver el Proceso de los Amigos para la Toma de Decisiones)

Los Matrimonios

Nosotros sensiblemente percibimos al Señor con nosotros y uniéndosenos, ese sentido permaneció con nosotros toda nuestra vida.

THOMAS Y MARY ELLWOOD, 1669

         Los Amigos reconocen que Dios consagra el matrimonio. El matrimonio es la expresión de la voluntad y del propósito de Dios funcionando en dos vidas, unidas con gozo, reverencia, fe y una expectativa de compañía por toda la vida. Las parejas sirven como ejemplos importantes para nuestros niños y para nuestros jóvenes adultos cuando ellos aprenden acerca de las relaciones adultas.
         Los votos en el matrimonio cuáquero invocan al auxilio divino. Los Amigos creen que cuando conocemos el amor de Dios en nuestras vidas, cuando estamos abiertos a recibir sus designios, encontramos el auxilio divino que nuestras relaciones requieren. Esto necesita apertura y una madurez de espíritu cuando deseamos amar a otra persona tal como él o ella es. Cuando una pareja se casa, ellos son alentados a hacerlo bajo el cuidado de la Junta, en el espíritu de un compromiso de cuidarse uno al otro por toda la vida de la relación. Los Amigos actúan como testigos de lo que el Espíritu ha unido.
         Todos los matrimonios necesitan estar fundamentados en el compromiso, en la comunicación, en la honestidad y en la integridad. La paciencia, el buen humor y un espíritu de aventura, guiados por una confianza mutua en la presencia de Dios, fortalecen el presente e iluminan la esperanza en el futuro.
         Los matrimonios pasan a través de muchas fases, y a través de todas ellas la calidad del matrimonio es puesta a prueba. El respeto mutuo y la expresión de un amor duradero profundizan la unión. Con la ayuda de Dios cada pareja encuentra el camino verdadero y una forma de vivir que conduce a una unión sólida. La Junta puede proveer guía y apoyo a los matrimonios a través del Comité de Clarificación, de retiros, de talleres y de atención personal cuando sea necesario. Lo más importante es que la Junta y los individuos ayuden a las parejas a través de la oración y de una fuerte creencia en la ayuda divina en la vida diaria.

Pasos hacia la Integración

        Después de las divisiones, los Amigos en América empezaron a ponerse en contacto unos con otros. Comenzando en 1887, una serie de conferencias entre las Juntas Anuales Gurnesistas en Richmond e Indianápolis, Indiana, condujo a la fundación de una organización nacional en 1902, llamada la Junta Quinquenal de los Amigos. Ésta es ahora la Junta Unida de los Amigos. Un intento para articular una declaración común de Fe, no fue del todo exitosa; sin embargo once Juntas Anuales eventualmente aceptaron un Libro de Disciplina común. Casi la mitad de los Cuáqueros en los Estados Unidos son miembros de la Junta Unida de los Amigos (FUM).
        La Conferencia General de los Amigos (FGC) fue formada en 1900 para reunir a los Amigos de la Juntas Hicksistas. Ésta no intentaba crear una organización nacional unificada sino servir a los Amigos en su diversidad.
        Los Cuáqueros de Filadelfia salvaron el cisma de 1945 con el establecimiento de la Junta General de Filadelfia, la cual abarcaba a ambas Juntas Anuales, de los Hicksistas y de los Ortodoxos. En 1955 ellos formalizaron esto al establecer una sola Junta Anual de Filadelfia, así como una Disciplina Uniforme. Una unificación similar se llevó a cabo en otras Juntas Anuales.
        En 1937, el Comité Mundial de Consulta de los Amigos (FWCC) fue fundado para promover un mejor entendimiento entre los Amigos de todo el mundo. Hoy este comité es ampliamente visto como el instrumento apropiado para servir a los Amigos en lo que se refiere a consultas, trabajo o testimonios que van más allá del alcance de las Juntas Anuales, de las tradiciones o de las naciones. La confraternidad cuáquera fue establecida en 1936 para servir a los «Amigos de los Amigos» y para poner en contacto a los Amigos aislados por todo el mundo. Esta confraternidad está ahora bajo la supervisión del Comité Mundial de Consulta de los Amigos (FWCC).
        Fundado en 1965, en respuesta a las separaciones de la Junta Unida de los Amigos (FUM), la Alianza Internacional de los Amigos Evangélicos (EFI), antes Alianza de Amigos Evangélicos, une a las Juntas que comparten ambas cosas, un fuerte componente evangélico y una Doctrina Cristiana profundamente sostenida.
        La primera Reunión del Oeste de los Amigos ocurrió en 1992 reuniendo a Amigos de todas las ocho Juntas Anuales del Oeste. Aunque en ese momento no fue planeada una organización formal, resultaron algunos contactos tales como retiros espirituales en grupo para las mujeres de las Juntas Anuales del Pacífico Norte, del Noroeste y de Canadá.
        La Asociación del Oeste de los Amigos fue establecida en 1996. A través de ésta, individuos o Juntas Mensuales pueden participar plenamente en las actividades de la Junta Unida de los Amigos. (Para mayor información acerca de organizaciones de los Amigos y de la relación de la Junta Anual del Pacífico con cada una de ellas, ver la sección Enlace con otras Organizaciones de Amigos).
        En el 2000 las varias ramas de la Sociedad Religiosa de los Amigos en todo el mundo tenían más o menos 250,000 miembros. La mayoría pertenecían a Reuniones Evangélicas que siguen una forma pastoral para las Reuniones de Culto. Las Juntas no programadas existen principalmente en Europa, Estados Unidos y Canadá. En los Estados Unidos la mayoría de las Juntas Anuales no programadas pertenecen a la Conferencia General de los Amigos. Las Juntas Anuales Conservadoras y las Juntas Anuales del Pacífico, Entremontaña y Pacífico del Norte no están afiliadas. (El Apéndice 8 muestra la evolución y las afiliaciones de las varias ramas del Cuaquerismo en los Estados Unidos).

El Comité Combinado de Adoración y Ministerio y de Atención

        Algunas Juntas mantienen dos comités separados (uno para Consejos y otro para Adoración y Ministerio), otros los combinan formando un Comité de Ministerio y Atención (También conocido como Ministerio y Orientación). Ya sea que se trate de un comité o de dos, estos deberán tratar de asegurarse que los programas de la Junta se lleven a cabo, evitarán duplicaciones, identificarán las tareas no realizados o realizadas pobremente y reconocerán las que estén bien hechas. Ellos deberán reportar sus actividades e intereses regularmente a la Junta Mensual. En consulta con la comunidad de la Junta, uno de los comités supervisará la preparación de un reporte anual sobre el Estado de la Junta para las Juntas Trimestral y Anual. (Ver Apéndice 1B: Consejos para preparar el informe del Estado de la Junta). Ellos comparten la supervisión de otros comités de la Junta, con un interés especial por el buen orden. Cualquier comité puede dirigirse a los Comités de Ministerio y Consejos Trimestral o Anual, en caso de necesitar ayuda.

En Tiempos de Dificultad

¡Si fuera necesario que cada miembro se sintiera igualmente feliz acerca de una decisión tomada, deberíamos suponer que estamos arreglando asuntos en una colonia angelical y no entre miembros de carne y hueso de una junta local cuáquera! Desde mi propio punto de vista como miembro de una junta, la clase de unanimidad a la que nos referimos es darnos cuenta que el asunto ha sido considerado cuidadosa y pacientemente. Yo he tenido una oportunidad en diferentes etapas del proceso, de llegar a la decisión de dar a conocer mi opinión al grupo y de que sea considerada y sopesada. Aún si la decisión final va contra lo que yo inicialmente propuse, yo sé que mi contribución ha ayudado a madurar el asunto, tal vez a moderarlo y yo pude haber, cuando el asunto hubiese tomado su curso, pacientemente llegado a verlo de alguna manera diferente de cómo lo veía al principio … Yo he llegado a darme cuenta también que el grupo como un todo encuentra así la solución que parece ser la mejor para ellos. Cuando este momento llegue, si soy un miembro experimentado, ya no me opondré … Yo salgo de la reunión, no como un miembro de una minoría amargada que siente que se ha abusado de ella y que ha sido rechazada, sino más bien como uno que ha estado a través del proceso de una decisión y que está dispuesto a solidarizarse aun cuando el tono de mis palabras no hubiera sido puesto de esta forma.

DOUGLAS STEERE
EL PROCESO CUÁQUERO DE
LA TOMA DE DECISIONES

         Algunas veces los Amigos tienen asuntos que parecen requerir una decisión, pero las diferencias parecen imposibles de ser resueltas. Usualmente no se toma acción alguna, y el asunto es pospuesto a la expectativa de que la unidad puede y llegue a ser lograda. El respeto a las objeciones de incluso uno o dos miembros, demuestra la renuencia de la reunión a pasar por encima de cualquiera de sus miembros – especialmente cuando se trata de asuntos de conciencia, algunas personas creen erróneamente que este procedimiento provee a cada miembro con veto, la realidad es que las Reuniones dan un gran valor a la unidad.
         La unidad no implica unanimidad de todos los miembros de una Junta Mensual. Una Junta puede proceder en la ausencia de, o (más raramente) a pesar de la objeción de uno o más Amigos, aun cuando se reconoce que las objeciones puedan contener o conducir hacia nueva Luz en el asunto que está siendo considerado. Los Amigos que tengan dudas pueden optar por declarar que prefieren «permanecer al margen» cuando la decisión final sea tomada, o como rara vez sucede, que ellos soliciten quedar registrados en la minuta como habiendo permanecido al margen. (Ver Práctica de la Toma de Decisiones).
         Las Juntas ocasionalmente pueden actuar aún a pesar de las objeciones de uno o más amigos. Debe darse la debida importancia a la visión de cualquier Amigo, especialmente a la visión de Amigos que tengan una gran experiencia y cuyo discernimiento y servicio hayan sido demostrados durante un período considerable. Una objeción proveniente de un miembro con estas características, debe ser atendida. Si, por otra parte, el que está negando el apoyo es conocido por sus constantes objeciones, el Secretario (Clerk) puede pedir un período de meditación silente y, si así se siente guiado, anunciar que el sentido de la Reunión parece decididamente estar a favor de la acción y que la propuesta es aprobada. El mismo principio se aplica aun en ocasiones en que hay más de uno que objeta.

         Una de las responsabilidades que exigen más del Secretario (Clerk) es saber la diferencia entre aquellas ocasiones en que es correcto que los puntos de vista del que objeta sean atendidos y aquellos momentos en que la Reunión ha logrado la unidad y en que a pesar de las objeciones debe actuar. Los Amigos no buscan ni unanimidad (un asunto de votos) ni consenso (una resolución en cuanto a opiniones diferentes). Los Amigos buscan la unidad en el Espíritu. Cuando el Secretario manifiesta con claridad que la Reunión aprueba una acción, aún en la presencia de puntos de vista diferentes, es su obligación articular el sentido de la Reunión en una minuta y así registrarlo a menos que otros, ahí presentes, también objeten.
         Cualquier ministerio en una Reunión para Acuerdos puede contener elementos esenciales para encontrar una decisión guiada por el Espíritu alrededor de la cual la Reunión puede unirse. Esto es cierto con respecto al ministerio de Amigos experimentados, recién llegados y Amigos cuyos ministerios son considerados de poca ayuda por otros. Antes de seguir adelante, pasando sobre la objeción de un Amigo, el Secretario y la Reunión para Acuerdos deberán estar seguros de que han analizado de buena fe la objeción del Amigo y que la Reunión ha hecho su mejor esfuerzo para entenderlo y que el Amigo ha tenido suficientes oportunidades para entender la guía de la Reunión, antes de proceder.
         No es usual que el sentido de la Junta sea logrado sobre una o más objeciones y hay buenas razones para esto. El objetor o los objetores pueden en realidad tener la razón, o bien, la acción propuesta puede provocarles tensión con relación a sus vínculos con la Reunión. En algunas ocasiones la preocupación por sus sentimientos puede influir en forma importante a favor de posponer la decisión. Las Reuniones no deben ignorar las características de una decisión tomada a pesar de las objeciones de algunos Amigos, aun cuando la Reunión haya tenido que proceder. Es importante asegurarse de que las objeciones hayan sido fielmente consideradas y que todos estén satisfechos de que así haya sido.
         Donde haya incomodidad, los comités de Consejos o de Adoración y Ministerio deberán actuar rápidamente para curar heridas y para que éstas no se ulceren y destruyan la confianza de la comunidad. Si los Amigos sienten que la Reunión no debió haber registrado una minuta en particular, ellos deberán llevar su inquietud al Comité de Adoración y Ministerio (el cual tiene la responsabilidad de dar atención a la Reunión para Acuerdos), al Secretario o a la Reunión para Acuerdos. Es importante que las diferencias sean ventiladas y enfrentadas en lugar de tratar de utilizar actitudes para dar rodeos o silenciar las diferencias por temor al desacuerdo. Los Amigos creen que la verdad, total y abiertamente buscada, llevará a su propia convicción y que la unidad será encontrada en la verdad y en el amor.

Siempre debe recordarse que la decisión final en lo que se refiere a que la minuta represente el sentido de la Reunión, es responsabilidad de la Reunión misma, no del Secretario.

JUNTA ANUAL DE LONDRES,
A LIMA CON AMOR