La Biblia

        Para la mayoría de los Amigos, la Biblia Judeo-Cristiana es una interpretación de la revelación de Dios durante muchos siglos y una rica y sostenida fuente de inspiración. El movimiento cuáquero empezó cuando la Biblia había apenas sido puesta en amplia circulación en Inglaterra. George Fox y otros Amigos conocían la Biblia a fondo, la estudiaban fervorosamente y la citaban a menudo.
         Al tiempo que ellos afirmaban la inspiración de las escrituras sagradas, los Primeros Amigos marcaban una diferencia que ha seguido siendo vital hasta hoy en día. En las palabras de Henry Cadbury: «La revelación divina no se limitaba al pasado. El mismo Espíritu Santo que había inspirado las escrituras sagradas en el pasado, podría inspirar a los creyentes vivos siglos después. De hecho, para la clara comprensión del pasado, el conocimiento presente del mismo Espíritu fue esencial». Así, al enfatizar tanto el poder que produjeron las escrituras, como la accesibilidad a ese mismo poder, hoy, los Amigos han evitado hacer de los registros escritos, una prueba final o infalible. En lugar de eso, los Cuáqueros buscan al Espíritu atrás de la Biblia, tanto para comprender su contenido, como para ser conducidos hacia un descubrimiento continuo de los caminos de Dios.

El Ministerio Vocal y la Escucha Fiel

        De la misma forma en que la preparación cuidadosa mejora la calidad de la adoración, también la atención a la Luz en esos momentos es esencial. Los Amigos llegan a la adoración a recibir y a dar, a hablar cuando a eso son conducidos. A estar en silencio cuando eso es lo que la obediencia requiere. El ministerio vocal es una parte vital en la Reunión para Adoración. Es una forma de servicio durante la cual una persona se pone de pie para compartir un mensaje de Dios enviado a través de un individuo. Los Amigos tienen la esperanza de que todos los mensajes hablados durante la adoración sean en realidad, ministerio vocal. La responsabilidad de estar listo y deseoso para ofrecer tal ministerio descansa en cada miembro del grupo cuando reciba el llamado.
         Al estar uno sentado en silencio, un mensaje puede surgir desde la profundidad del alma, este mensaje parece estar destinado no sólo para el individuo, sino para la reunión en su totalidad. Algunos Amigos se sienten agobiados con un sentido de omisión si un mensaje no es expresado, pero una vez que éste es revelado fielmente, un sentido de paz interior puede manifestarse. La experiencia en las reuniones ayuda a diferenciar las palabras privadas de aquéllas que surgen como verdaderos llamados del Espíritu que no deberían ser silenciados. Una inclinación a compartir un mensaje puede surgir antes de la Reunión, pero la decisión de hablar debe esperar una Guía clara en ese momento. Con el tiempo, una persona puede aprender a discernir un llamado claramente, aunque muchos son verdaderamente incapaces de describir su calidad.
         Algunos individuos llamados a hablar sienten un estremecimiento interno o externo, una emoción profunda, lágrimas, se incrementa el ritmo del corazón y puede haber otras agitaciones. Algunos se han sentido firmemente asidos por la mano de Dios hasta después de entregar el mensaje. Una persona siente una profunda tranquilidad acompañada por una voz clara que no es la suya. Otra puede encontrarse a sí misma de pronto de pie y luego esperando, orando silenciosamente en busca de una Guía, antes de empezar a hablar. Aún, uno más puede poner a prueba un mensaje empujándolo «fuera de su mente» sólo para descubrir que éste regresa una y otra vez.
         Cuando uno está considerando si hablar o no, ciertas preguntas pueden ser útiles: ¿Es este mensaje guiado por el Espíritu o es sólo un efecto de la emoción? ¿Es este mensaje dirigido a todo el grupo o es sólo para mí? ¿Será mejor que lo guarde para otro tiempo o lugar? Cuando el llamado a hablar es claro, el individuo deberá ponerse de pie si es posible. Él o ella deberán hablar con sencillez, brevemente, audible y de su propia experiencia espiritual personal. Ocasionalmente, el ministerio puede tomar la forma de cantar o de ponerse de pie silenciosamente. Nunca el debate ni la discusión con los que han dado mensajes anteriormente, son apropiados y hablar dos veces durante una sola Reunión para Adoración, es pocas veces apropiado.
         Aquéllos quienes son conducidos a hablar, tienen antecedentes, habilidades verbales y poder interpretativo diferentes. Los Amigos tratan de escuchar más de lo que hablan, de mantener un corazón abierto, de buscar el Espíritu atrás de las palabras y de contemplar al hablante con amor. Los que escuchan pueden encontrar de ayuda orar para que el mensajero sea fiel al llamado y que la palabra de Dios se manifieste a través del habla humana. Un mensaje que no habla de las necesidades de una persona, puede ser de ayuda para otra. Después de que un mensaje ha sido dado, es importante dejar tiempo para considerar su significado, permitiendo al Espíritu moverse entre la Asamblea de Amigos antes de que se dé otro ministerio.

Las Nuevas Reuniones de los Amigos

        El testimonio de los Amigos sobre comunidad nos hace ver la urgencia sobre el hecho de que las Juntas sean lo suficientemente pequeñas para permitir que los miembros se conozcan bien mutuamente. Las Juntas Mensuales existentes son alentadas a crear nuevos Grupos de Adoración cuando la membresía llega a ser demasiado grande para permitir un verdadero sentido de comunidad, o cuando sea más conveniente para aquellos miembros que vivan a cierta distancia del lugar de una Junta. Las nuevas Juntas pueden también estar formadas a través del desarrollo de Grupos de Adoración o de Juntas Preparatorias. Donde no exista una Junta de Amigos, los Amigos individuales y aquéllos quienes se sientan atraídos a las formas de los Amigos, podrían reunirse buscando la guía divina. En el debido tiempo ellos podrán ser integrados dentro de un Grupo de Adoración el cual esté bajo el cuidado de una Junta Mensual.

La Unidad

        Los Amigos creen que es posible para el espíritu humano estar en comunión directa con el Divino. Al buscar juntos la voluntad de Dios, nosotros creemos que el camino se abrirá y que la unidad surgirá.

El camino es uno; Cristo la verdad de Dios; y aquél quién está en la fe y en la obediencia a la Luz la cual brilla desde su Espíritu hacia el corazón de cada creyente, tiene una muestra del corazón único y del camino único y sabe que ninguna variedad de prácticas, las cuales sean de Dios, puede causar una ruptura en la verdadera unidad.

ISAAC PENINGTON, 1659,
JUNTA ANUAL DE FILADELFIA
FAITH & PRACTICE 1997, p. 163.257

         Una de las preguntas en uso continuo desde 1682 dice: «¿Son el amor y la unidad conservados entre ustedes?» Los primeros Amigos se consideraban a sí mismos como parte de un gran movimiento que pronto abarcaría a todo el mundo. La unidad y el cuidado mutuo en la comunidad cuáquera durante la persecución, demostraron al mundo la obra de Dios entre nosotros.
         El hecho de trabajar juntos para discernir y servir a la voluntad de Dios, se nutre y se beneficia de la unidad. Esta unidad crece a partir de la confianza mutua y de la disposición a manifestarlo, confiados en que juntos, los Amigos, encontrarán la verdad.

La verdadera unidad puede ser encontrada bajo grandes diferencias aparentes. Esta unidad es espiritual, se expresa a sí misma en muchas formas, y nosotros necesitamos una percepción divina cuya obra podamos reconocer. Nosotros necesitamos paciencia, compasión y amor, para que, al mismo tiempo que permanezcamos leales a la verdad tal y como se nos presenta, podamos avanzar con otros hacia una experiencia más grande y más rica y hacia la expresión de la voluntad de Dios.

JUNTA ANUAL DE LONDRES, 1916

V. PROCEDIMIENTOS

PARTE V

Contenido de la Parte V

El Proceso de los Amigos para la Toma de Decisiones
– Los Principios
– La Práctica para la Toma de Decisiones
– Aplazando Decisiones
– En Tiempos de Dificultad
– Sesiones de Trilla (Threshing Sessions)
– Los Secretarios y el Secretariado
– La Preparación de Minutas en la Junta Mensual
– La Claridad y los Comités de Clarificación
– La Membresía
– Una Breve Historia
– El Significado de la Membresía
– La Preparación para la Membresía
– Convertirse en Miembro
– Los Niños y la Membresía
– Las Circunstancias Especiales
– Los Asistentes No-Miembros
– La Transferencia de la Membresía
– La Terminación de la Membresía
– Los Matrimonios
– El Reconocimiento Legal de los Matrimonios Cuáqueros.
– El Matrimonio y el Género
– El Matrimonio bajo el Cuidado de la Junta
– El Comité de Clarificación en el Matrimonio
– El Comité de Arreglos
– La Reunión para Adoración en la Ocasión de Matrimonio
– Casarse Según la Costumbre de los Amigos
– Nutriendo el Matrimonio
– Casarse de Nuevo
– Separación y Divorcio
– Fallecimientos en la Junta
– Preparándose para la Muerte
– Apoyo al que Agoniza y a sus Seres Queridos
– Las Reuniones de Recordación para Adoración
– El Sufrimiento Moral

Los Principios

        El método cuáquero para alcanzar decisiones está basado en convicción religiosa. (Ver Reunión para Acuerdos) Los Amigos conducen sus asuntos juntos en la fe de que hay un Espíritu Divino el cual es accesible para todas las personas. Cuando los Amigos están a la expectativa, están atentos y siguen la Luz de la Verdad dentro de ellos, su espíritu los conducirá hacia la unidad. Esta fe es el fundamento de cualquier decisión corporativa.
         Los Amigos no recurren al voto para arreglar un asunto. Los Amigos esperan encontrar la unidad. Esta unidad trasciende tanto al consenso, el cual retiene sólo las opiniones comunes de todos los presentes, como al compromiso, el cual no afirma posición alguna presentada. A diferencia de una decisión basada en el voto de la mayoría, una decisión tomada de acuerdo al verdadero «sentido de la Junta» puede evitar que se pase por encima de una minoría no convencida. Esto permite que inspiraciones impensadas surjan, lo cual permite a los Amigos modificar opiniones previamente sustentadas. Ellos pueden entonces estar de acuerdo en un nuevo punto de vista sobre el asunto que esté siendo considerado. Hasta que la Junta pueda unirse en una decisión, el plan de acción anterior permanece sin cambio o ninguna acción es tomada sobre un nuevo asunto, cualquiera que sea el caso.
         Los Amigos empiezan las Juntas durante las cuales las decisiones serán tomadas, con un tiempo para meditación silente. En la quietud ellos recuerdan que una reunión de comité o una reunión para acuerdos es, de hecho, una Reunión para Adoración para tratar ciertos asuntos de importancia.
         Los Amigos tratan de buscar la Guía Divina para ser indulgentes unos con otros, y para mostrar su preocupación por el bien de la Junta como un todo, en lugar de defender una preferencia personal.
         Así, habiendo una vez expresado un punto de vista, se espera que un Amigo se abstenga de presionarlo en forma indebida por mucho tiempo o repetidamente. La gracia del buen humor puede a menudo ayudar a relajar las tensiones en una Reunión para que venga una nueva Luz.
         La autoridad y la responsabilidad por las decisiones en los asuntos de la Junta residen en los miembros, y aquéllos presentes en una Reunión Mensual para Acuerdos tienen la autoridad para tomar las decisiones. Hasta que la Junta pueda unificarse en una minuta, el plan de acción previo permanece sin cambio.
         La mayoría de las Reuniones para Acuerdos proceden sin distinción entre miembros y no-miembros y esto beneficia a la Reunión. En ocasiones, una decisión puede requerir que se mencione esta distinción. En tales casos los no-miembros no responderán cuando el Secretario solicite la aprobación de una minuta propuesta, y el Secretario puede, así, recordarlo a la Reunión.

La manera de los Amigos de conducir sus asuntos es de importancia central. Es la manera cuáquera de vivir y de trabajar juntos. Puede crear y preservar el sentido de confraternidad en la Junta, y de ahí, se puede extender a otros grupos y decisiones en los cuales Amigos individuales y Juntas, tomen parte. Así esto contribuye al camino hacia la paz en el mundo.

GEORGE SELLECK, JUNTA ANUAL DE NUEVA INGLATERRA
FAITH AND PRACTICE, 1966

Aplazando Decisiones

        Muchas decisiones son de naturaleza rutinaria y pueden ser manejadas durante una Reunión para Acuerdos. Las Juntas para Acuerdos realizan mucho de su trabajo confiando en que comités permanentes y adecuados presenten los asuntos apropiadamente estudiados de antemano.
         Algunos asuntos requieren mayor atención y merecen periodos más largos de deliberación. Es una práctica normal posponer decisiones en materia de membresía, matrimonios y nominaciones por lo menos un mes antes de la decisión final. El tiempo extra para afinar el asunto, permite a los Amigos trabajar juntos en una exploración ordenada para detectar objeciones inesperadas y así discernir mejor la voluntad de Dios. Esta es una característica del sentido de los Amigos del «buen orden». (Ver el Glosario)
         Los asuntos pueden ser pospuestos para consideración posterior si los comités o el Secretario lo juzgan necesario. Generalmente es útil definir la fecha cuando el asunto será reconsiderado. La ausencia de Amigos con un interés específico en la Reunión para Acuerdos (después de que se ha dado aviso) raramente será un factor para demorar una decisión.
         Es responsabilidad del Secretario considerar cuando es necesario demorar una decisión o referir el asunto a un comité para estudio adicional.
         Si el Secretario ha decidido desde antes que no se tomará una decisión durante una sesión específica, él o ella deberá informar a la Reunión para Acuerdos antes de que la discusión comience. El Secretario deberá también indicar las posibles consecuencias de una decisión aplazada.

Las Relaciones Personales

        En las relaciones diarias con los demás, tanto dentro como fuera del hogar, nuestras vidas como Amigos hablan de forma inmediata y duradera. En estas relaciones, nuestra fe puede ser puesta a prueba severamente. Nosotros estamos llamados a responder a lo que hay de Dios en cada persona: nosotros todos somos criaturas de Dios.
         Los Amigos celebramos cualquier unión que sea dedicada al amor y respeto mutuos, no sólo en la formación única de la familia. Nosotros nos esforzamos para crear hogares donde el Espíritu de lo Divino viva en el centro y donde el genio de cada miembro sea respetado y nutrido.
         La sexualidad humana es un regalo divino, formando parte de la compleja unión del cuerpo, de la mente y del espíritu, los cuales forman nuestra humanidad. En una relación amorosa adulta y en un contexto de responsabilidad mutua, la sexualidad trae encanto, realización y celebración.
         La presencia de los niños trae una bendición especial y trae también responsabilidad. Los niños traen dones espirituales únicos, portento, elasticidad, jugueteo y más. Reconoce y honra a la Luz Divina dentro de los niños y trátalos con la dignidad y el respeto que se le debe a toda la gente. Escucha y aprende de los niños; comparte con ellos aquellos valores y prácticas que son centrales a nuestras propias vidas. Un cuidado especial debe darse a la solución de problemas entre adultos y niños de tal manera que se dé igual importancia a los sentimientos de ambos, niños y adultos. El desempeño de la función tierna de los padres es una de las vocaciones de paz de importancia crítica en nuestra sociedad. Haz todos los esfuerzos para ofrecer a los padres el apoyo personal e institucional que esta desafiante labor requiere.
         Toma una posición firme contra cualquier forma de abuso, ya sea que ese abuso sea menor o severo y ya sea que se trate de abuso de naturaleza emocional, física o sexual. El terrible impacto sobre los miembros más vulnerables de nuestras familias crea sufrimiento para toda la vida a sus víctimas y es una fuente de violencia mayor en nuestra sociedad. Los abusadores, ellos mismos, usualmente fueron víctimas de violencia similar y deberían ser tratados con compasión y con firmeza.

¿Hago de mi hogar un lugar de amistad, gozo y paz, donde los residentes y los visitantes sientan la presencia de Dios?

¿Son mis prácticas sexuales consistentes con mis creencias espirituales y libres de manipulación y explotación?

¿Qué barreras evitan que yo responda abierta y amorosamente a cada persona?

¿Abrimos nuestros pensamientos, creencias y entendimientos profundos a nuestros niños y a otros quienes comparten nuestras vidas y nuestra hospitalidad?

¿Proveemos a nuestros niños y adultos jóvenes de un marco de participación activa y de avance en la Junta?