El Sufrimiento Moral

En la aflicción dése usted mismo tiempo para penar. Cuando otros lleven luto, permita que su amor los abrace.

JUNTA ANUAL BRITÁNICA,
QUAKER FAITH & PRACTICE, 1995

         El sufrimiento se extiende mucho más allá de la agitación inicial de los arreglos para el funeral y de la disposición de los asuntos del fallecido y abre muchas oportunidades para el crecimiento espiritual. Algunos aprenden que pueden sentirse enojados con Dios, incluso desamparados, y con frecuencia a través de un forcejeo con Dios pueden fortalecer su fe. Muchos experimentan también el consuelo de un Espíritu omnipresente a través de su dolor. Los dones del dolor pueden enseñar lecciones importantes acerca de la riqueza de vivir.
         Los Amigos deberán proporcionar un ambiente que permita a aquéllos quienes han perdido a un ser amado, llevar su sufrimiento de una manera natural en lugar de suprimirlo hasta un tiempo posterior, lo cual puede ser perjudicial física y emocionalmente. Muchos Amigos encuentran que es de ayuda llevar un diario o contar su historia una y otra vez. Escuchar con atención es muy importante. Los Amigos pueden ayudar también aceptando todos los sentimientos expresados, proporcionando ayuda práctica y espiritual, y alentando a los que sufren a nutrirse y a cuidarse a sí mismos. Éste es un momento apropiado para las complacencias personales pero no para tomar decisiones mayores.
         El sufrimiento intenso dura a menudo un año o más. Los Consejeros deberán estar atentos a la depresión, a los problemas para dormir o a cambios en el peso de personas que han sufrido por más de seis meses. Ellos deberán estar preparados para informar a los que sufren, acerca de la literatura y de los recursos de la comunidad tales como asesores profesionales del sufrimiento o grupos de ayuda para el dolor moral.