Las Relaciones Personales

        En las relaciones diarias con los demás, tanto dentro como fuera del hogar, nuestras vidas como Amigos hablan de forma inmediata y duradera. En estas relaciones, nuestra fe puede ser puesta a prueba severamente. Nosotros estamos llamados a responder a lo que hay de Dios en cada persona: nosotros todos somos criaturas de Dios.
         Los Amigos celebramos cualquier unión que sea dedicada al amor y respeto mutuos, no sólo en la formación única de la familia. Nosotros nos esforzamos para crear hogares donde el Espíritu de lo Divino viva en el centro y donde el genio de cada miembro sea respetado y nutrido.
         La sexualidad humana es un regalo divino, formando parte de la compleja unión del cuerpo, de la mente y del espíritu, los cuales forman nuestra humanidad. En una relación amorosa adulta y en un contexto de responsabilidad mutua, la sexualidad trae encanto, realización y celebración.
         La presencia de los niños trae una bendición especial y trae también responsabilidad. Los niños traen dones espirituales únicos, portento, elasticidad, jugueteo y más. Reconoce y honra a la Luz Divina dentro de los niños y trátalos con la dignidad y el respeto que se le debe a toda la gente. Escucha y aprende de los niños; comparte con ellos aquellos valores y prácticas que son centrales a nuestras propias vidas. Un cuidado especial debe darse a la solución de problemas entre adultos y niños de tal manera que se dé igual importancia a los sentimientos de ambos, niños y adultos. El desempeño de la función tierna de los padres es una de las vocaciones de paz de importancia crítica en nuestra sociedad. Haz todos los esfuerzos para ofrecer a los padres el apoyo personal e institucional que esta desafiante labor requiere.
         Toma una posición firme contra cualquier forma de abuso, ya sea que ese abuso sea menor o severo y ya sea que se trate de abuso de naturaleza emocional, física o sexual. El terrible impacto sobre los miembros más vulnerables de nuestras familias crea sufrimiento para toda la vida a sus víctimas y es una fuente de violencia mayor en nuestra sociedad. Los abusadores, ellos mismos, usualmente fueron víctimas de violencia similar y deberían ser tratados con compasión y con firmeza.

¿Hago de mi hogar un lugar de amistad, gozo y paz, donde los residentes y los visitantes sientan la presencia de Dios?

¿Son mis prácticas sexuales consistentes con mis creencias espirituales y libres de manipulación y explotación?

¿Qué barreras evitan que yo responda abierta y amorosamente a cada persona?

¿Abrimos nuestros pensamientos, creencias y entendimientos profundos a nuestros niños y a otros quienes comparten nuestras vidas y nuestra hospitalidad?

¿Proveemos a nuestros niños y adultos jóvenes de un marco de participación activa y de avance en la Junta?