La Reunión para Adoración

117.- . … como el hierro afila al hierro, verse los rostros uno a otro, cuando ambos están interiormente reunidos hacia la vida, da ocasión para que la vida secretamente se eleve, y pase de recinto interior a recinto interior. Y así como tantas velas encendidas, puestas en un lugar, aumentan grandemente la luz, y hacen que brille más, así cuando muchos están reunidos espiritualmente dentro de la misma vida, hay más de la gloria de Dios, y su poder aparece, para refrescar a cada individuo …

ROBERT BARCLAY, 1671

118.- En un Domingo en la mañana que nunca será olvidado, yo era una de un grupo pequeño de adoradores silentes quienes se contentaban con estar sentados juntos sin palabras, las cuales cada uno podría sentir después y acercarse a la Divina Presencia, sin obstáculo alguno, si no es que ayudada por cualquier expresión humana. La expresión, yo sabía era libre, si las palabras te fueran dadas; y, antes de que la reunión terminase, unas pocas palabras fueron pronunciadas con gran sencillez por un hombre viejo y aparentemente poco ilustrado, poniéndose de pie en su lugar entre el resto de nosotros. Yo no puse mucha atención a las palabras que él habló y no recuerdo su significado. Mi alma entera estaba plena de una paz que las palabras no pueden expresar en la no perturbada oportunidad de comunión con Dios, con el sentido de que yo había por fin encontrado un lugar donde yo podría, sin la menor sospecha de insinceridad, reunirme con otros en la simple búsqueda de su Presencia. Sentada en silencio no me obligaría a cosa alguna; me podría abrir (como lo hizo esa mañana) realmente, las puertas del cielo.

CAROLINE STEPHEN, 1872

119.- Nosotros apreciamos muchísimo la espera silente por el Señor en humilde dependencia de Él. Nosotros estimamos que es una parte preciosa de la adoración espiritual y confiamos en que ningún ofrecimiento vocal la excluirá de su verdadero lugar en nuestras reuniones religiosas. No permitamos que el silencio … sea usado en contemplaciones insensibles o vacías sino en una espera paciente a la expectativa humilde y piadosa del Señor.

JUNTA ANUAL DE LONDRES, 1886

120.- El silencio es a menudo una dura disciplina, es exponer el alma desnuda ante Dios, es escuchar al «reproche de vida». Pero la disciplina debe ser observada siempre, es necesario someterse al reproche antes de que podamos encontrar nuestro lugar correcto en el templo. Las palabras pueden ayudar y el silencio puede ayudar, pero lo que realmente se necesita es que el corazón se dirija a su Creador como la aguja se dirige a la vara. Por eso debemos estar en quietud.

CAROLINE STEPHEN, 1908

121.- En la quietud unida de una verdadera reunión de «profundidad espiritual» hay un poder conocido sólo mediante la experiencia, y misterioso aun cuando estamos muy familiarizados con él. Hay tal vez pocas cosas que fluyan más fácilmente «del recinto interior a recinto interior» que la quietud. La presencia de los compañeros adoradores, de alguna manera gentilmente penetrante, revela al espíritu algo de la cercanía de la Divina Presencia. «Donde dos o tres están en reunión profundamente espiritual en Su Nombre», ¿acaso no hemos sentido una y otra vez que la promesa se ha logrado y que el Maestro mismo estuvo realmente «en medio de nosotros»? Y proveniente de las profundidades de esta quietud es que surgen a veces palabras habladas, las cuales, al brotar de la mismísima fuente de la oración, tienen algo de su poder, algo de su efecto vivificante, unificador y de purificación. Las palabras como éstas tienen por lo menos tanto poder como el silencio para la reunión profunda espiritual hacia la quietud.

CAROLINE STEPHEN, 1908

122.- Desde sus primeros días la Sociedad Religiosa de los Amigos ha enfatizado a la comunidad cristiana, la importancia de un ministerio viviente, libremente dado al servicio de Dios y del hombre, una tarea que llama a la dedicación de vida y a menudo de sacrificio de otros derechos, porque está involucrada no la búsqueda de una profesión, sino la obediencia a una vocación.

JUNTA ANUAL DE LONDRES, 1931

123.- La Reunión para Adoración eleva al plano más alto la relación del individuo con el grupo, ya que al reunirnos para la adoración, buscamos como grupo venerar a Dios – porque ésta es la diferencia esencial entre adoración corporativa y devoción privada – este hecho debe estar, consciente o inconscientemente presente a todos los que tomen parte y parecería un buen plan que al principio de la reunión estuviese conscientemente presente que cada uno debe elevar al grupo hacia Dios en oración.

W. RUSSELL BRAIN, 1944

124.- En 1948 durante la reunión formativa de la Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias, una Reunión Cuáquera de Adoración «muestra» fue realizada, con la mayoría asistiendo por primera vez. Una tarjeta estaba en los bancos de la iglesia en alemán, francés e inglés con lo siguiente: «LA ADORACIÓN, de acuerdo a la práctica antigua de la Sociedad Religiosa de los Amigos, es enteramente sin dirección ni supervisión humana … No es totalmente exacto decir que tal Reunión es realizada sobre la base del Silencio; es más preciso decir que se lleva a cabo sobre la base de «Obediencia Sagrada ». Aquéllos quienes entran a tal Reunión pueden causar daño de dos maneras específicas: primera, al tener una determinación por adelantado de hablar; y segunda, al tener una determinación por adelantado de mantenerse en silencio. La única forma en que un adorador puede ayudar, es teniendo la determinación previa de tratar de estar abierto a escuchar la voz pequeña y serena y ha-
ciendo lo que le sea ordenado. Una Reunión así, es siempre una gran aventura de Fe a la que te invitamos en esta hora».

D. ELTON TRUEBLOOD, 1966

125.- El verdadero ministerio no es simplemente una expresión de opiniones sobre la verdad o sobre ideales de conducta. Este emerge de la comunión personal con Dios en una atmósfera de confraternidad con los demás, ya sea antes o a la hora de la reunión con ellos. Debe contener un mensaje directo adaptado a sus necesidades espirituales actuales. Para encontrar las palabras correctas para una compañía en una reunión espiritual profunda, ya sea para la oración vocal o para un testimonio, necesitamos esperar por ese sentido de llamado que viene a nosotros de Dios a través de la confraternidad de los corazones que están en unión hacia la armonía mediante el flujo, a través de ellos, de las emanaciones de Su presencia viviente. Por lo tanto, cualquier cosa que pudiese haber estado en nuestras mentes con antelación – cualquier pensamiento que pudiésemos haber desarrollado bajo el sentido de ayuda de Dios – deben conservarse como algo aún indefinido, con perfecta disponibilidad a abstenernos si es que el momento correcto no ha llegado. En un grupo numeroso, donde pudiera haber muchos que expresen su ministerio vocal, es de especial importancia que silenciosamente esperemos por una guía clara.

JUNTA ANUAL DE LONDRES, 1945

126.- Yo regresé a la Junta Cuáquera de mi niñez. Fue el silencio lo que me atrajo, ese silencio profundo, de sanación de la reunión cuando está en su punto óptimo, cuando la búsqueda de cada uno es intensificada por la búsqueda de todos, cuando los «dulces movimientos», «el aliento y el impulso» del Espíritu, el cual está en el interior de cada uno y más allá de todo, son esperados con expectación y son a menudo experimentados.

ELIZABETH GRAY VINING

127.- Nunca se debe suponer que porque el llamado ha venido una vez, vendrá de nuevo. Igualmente, si nunca ha venido, uno nunca debe pensar que éste nunca vendrá. Estrictamente hablando, todo lo que uno está llamado a hacer es estar listo si es llamado, y en este caso, una vez más, la diferencia entre el ministro y el Adorador ordinario desaparece, porque en el silencio … Dios seleccionará a quien Él desee. Tiene que decirse, sin embargo, que hay reuniones en las cuales hay poco sentido de la guía divina en el ministerio hablado, pero hay mucha confianza en lo que los Amigos acostumbraban llamar «la criatura». Estos vuelos de la fantasía de la imaginación, las preocupaciones intelectuales y las dificultades emocionales, proveen mucha información acerca de los ministros pero no mucha acerca de Dios.

JOHN PUNSHON, 1987

128.- No hay duda de la valía de uno para hablar o de la importancia del mensaje. Más bien, lo importante es la fuente del mensaje. ¿Viene del (de la) Amigo (a) quien hablaría, o a través de él o de ella? Y si el mensaje viene a través del Amigo, ¿está el mensaje adecuadamente situado en espacio y tiempo? ¿es para la reunión entonces y ahí congregada? o ¿es que el mensaje no ha madurado, o debe ser guardado en uno mismo, o mejor compartirlo después de la reunión con una audiencia más selecta?

LANNY JAY, 2000

129.- La formación espiritual para mi trabajo como sanadora, vino de la tradición cuáquera al escuchar repetidamente el llamado en la Reunión para Adoración y poniéndolo a prueba contra el deseo del ego de hablar. Viene del hecho de haber tenido una vez un llamado en una Reunión para Adoración y no haberlo expresado, y una mujer poniéndose de pie junto a mí en la reunión diciendo: «Hay alguien en esta reunión quien tiene un mensaje y no lo ha expresado. ¿Serás fiel?»

ELIZABETH DEARBORN, 2000